PEMOT: Instrumento estratégico para construir región metropolitana

Por: Nicolás Corso Salamanca, Asesor de la Subdirección de Planeación e Infraestructura del AMB.

La aglomeración metropolitana en la que confluyen los municipios de la cuenca del Río de Oro está ad portas de adoptar su plan estratégico de ordenamiento territorial, que permitirá concretar una visión metropolitana, disminuyendo externalidades entre los municipios y sobretodo, logrando que se gestione de manera unificada, elementos ambientales o, que garanticen una localización estratégica de los equipamientos de carácter metropolitano.

Muchos ciudadanos, residentes en el área metropolitana, toman su decisión de localizar su vivienda valorando, entre muchos aspectos, la capacidad de pago frente a su expectativa de ingresos. A partir de esta decisión, en el día a día de cada uno de ellos, se generan una serie de flujos de, que buscan satisfacer necesidades básicas, por ejemplo salud, educación y trabajo.

Cuando agregamos esos flujos, (cuya decisión es meramente racional e individual) se generan unas dinámicas en el territorio, que desde varias décadas se ha resuelto desde un enfoque municipalista de la ley, sin embargo, en el enfoque de la planificación moderna muchas de estas dinámicas deben resolverse en el nivel supramunicipal, para que se tomen decisiones estratégicas que permitan i) cambiar las tendencias de algunas de esas dinámicas,  (vrg. Localizar nuevos equipamientos) y/o ii) disminuir el impacto sobre el territorio que las mismas generan (modificar la manera de movilizarnos).

Es en este punto donde debemos entender la significancia del Área Metropolitana, no exclusivamente como una entidad administrativa, sino desde su contenido de representar la aglomeración urbana, que describe cómo los flujos que se desarrollan al interior del territorio son de carácter metropolitano y desde ahí se construyen las dinámicas metropolitanas.

Hoy no es posible entender territorialmente a los municipios que integran el Área Metropolitana sin entender las dinámicas metropolitanas y la interdependencia entre ellas.

Precisamente, el Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial, PEMOT, logra romper la mirada municipalista, borrar las fronteras invisibles a los flujos y establecer una serie de directrices que gestionen esos flujos a nivel metropolitano, con el fin de convertirse en un marco de referencia y obligatorio para los municipios en su ordenamiento territorial.

Es así como a partir de cinco sistemas contenidos en este plan, se han adoptado una serie de directrices que buscan conectar algunos flujos, mitigar los efectos del cambio climático entre otras, como por ejemplo, determinar unos corredores ecosistémicos que buscan disminuir la fragmentación metropolitana y garantizar conectividad entre los ecosistemas del macizo Santander con los del valle del Río de Oro, o por ejemplo, establecer un sistema de conectividad metropolitano a partir de una red de ciclorrutas o de infraestructura para cables que permita garantizar un transporte público más humano.

En este instrumento también se concreta la red de parques como la malla vial metropolitana, de tal manera que permite al Área Metropolitana, activar instrumentos para su gestión que eviten que procesos especulativos conlleven algún tipo de licenciamiento sobre estos elementos.

En cuanto a mitigación al cambio climático adopta la pieza de la cuenca del Río de Oro, como una centralidad metropolitana a partir del estudio de riesgo elaborado por el equipo del Área, de tal manera que da la relevancia necesaria al problema más grave que aqueja hoy al territorio metropolitano y, es la gestión de la cuenca del río.

En síntesis, el trabajo que se ha realizado por el equipo del Área Metropolitana en los últimos dos años ha permitido llegar a la formulación de este instrumento que se encuentra en proceso de socialización con los municipios, y que será presentado en Junta Metropolitana para su adopción. Esta es una oportunidad única para construir realmente la región metropolitana. Es la oportunidad de entendernos territorialmente, de crear una identidad territorial que permita al ciudadano de a pie mejorar su cotidianidad a partir de mejorar sus flujos diarios.

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