Por: Iván Darío Cardona, Asesor para Catastro de la Subdirección de Planeación e Infraestructura.

Por costumbre, la ciudadanía en nuestro país y fuera de él, le atribuye a la gestión catastral un carácter eminentemente fiscal, como consecuencia del rol que desde siempre ha desempeñado en la determinación de la base gravable del Impuesto Predial, quizás la renta propia mas importante para la mayoría de los municipios.

El origen de esa asociación no es nuevo y como ejemplo podemos citar que en el antiguo Egipto, los “estiradores de cuerdas” estaban encargados de replantear los límites de las parcelas después de las inundaciones del Río Nilo, calcular sus áreas y las medidas del limo depositado, con el fin de estimar las contribuciones que por la productividad de los terrenos, el propietario debía entregar al Faraón de turno; en Grecia, los dueños de parcelas rurales también tributaban de manera proporcional al valor de sus inmuebles para la financiación de la defensa de las ciudades bajo sitio;  ejemplos similares podrían citarse por toda Europa y algunos paises de Asia.

No obstante, desde hace algunas décadas a nivel global, cada vez más, se reconoce que la información capturada por el Catastro va mas allá de la simple descripción geométrica de los inmuebles y su valoración para fines estrictamente tributarios, pues se encarga también, por ejemplo, de registrar las relaciones de propiedad, dominio y obligaciones, razón por la cual tiene un amplio potencial para prestar su concurso en la ejecución de proyectos de planificación del territorio, el uso del suelo, el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente, entre otros, convirtiéndolo entonces en un pilar fundamental del desarrollo y el ordenamiento territorial.

Surge entonces el concepto de Catastro Multifinalitario conocido en Colombia como  Catastro Multipropósito.  

En 2016, el gobierno nacional mediante el documento CONPES 3859, propone una política para la conformación, implementación y sostenimiento de un catastro multipropósito moderno, completo, confiable, consistente con el registro de la propiedad inmueble, integrado con los sistemas de planeación e información del territorio, y en concordancia con estándares internacionales.

El horizonte final de implementación del proyecto se fijó para 2023 pero ha debido ser reformulado debido a dificultades en las fases previas.

Recientemente el gobierno nacional publicó el documento CONPES 3958 en el que reitera la necesidad de adoptar un catastro con enfoque multipropósito  que brinde mayor seguridad jurídica, contribuya a la eficiencia del mercado inmobiliario, al desarrollo y ordenamiento territorial y provea instrumentos para una mejor asignación de recursos públicos y el mejor desarrollo y ordenamiento territorial.

Advierte sin embargo que el estado de la información catastral en el pais preocupa puesto que, a primero de enero de 2019, el 66% del territorio nacional está desactualizado, el 28,32% no cuenta siquiera con formación catastral y tan sólo el 5,68% está actualizado.

Las metas que se plantean, muy ambiciosas por cierto, incluyen alcanzar en la vigencia 2022 una actualización del 60% del territorio y completar el 100% para el año 2025, todo ello con enfoque multipropósito, garantizando su sostenibilidad financiera y a partir de allí mantener procesos de actualización permanente.   

Así las cosas, la próxima habilitación como Gestor Catastral del AMB, le permitirá desempeñar un rol protagónico muy importante en el cumplimiento de los objetivos planteados por el gobierno nacional para el proyecto de Catastro con Enfoque Multipropósito. 

Por: Iván Darío Cardona,Asesor para Catastro de la Subdirección de Planeación e Infraestructura.